Opinión
Por: Leonardo Doria De Ávila
La otra vez, leí un chiste que era más o menos así: “Jesús en medio de sus discípulos dice: “4x^2+3x+5”. Pedro, entre su confusión, habla por todos: “Señor, no comprendemos tus palabras”. A lo que el Mesías responde: “Es una parábola, tontos”.” Y debajo decía que no era apto para comunicadores, pues, no lo entenderían.
Yo tengo muy claro cuáles son las representaciones sociales que tiene la gran mayoría acerca de los comunicadores sociales: ‘huecos’, son reinas o gays, flojos, pésimos para las matemáticas, en fin. Debido a que queremos analizar y cambiar esa imagen de nosotros se ha decidido hacer una publicación especial de las representaciones sociales (R.S.) de los comunicadores.
Bien, la gran mayoría de personas tiende a dividir el pensamiento en dos, como todo lo occidental (parece como si Hegel no se hubiese muerto aún): lógica-matemático y lenguaje, es decir, números y letras. Miren, estos dos polos se complementan y ninguno es más importante que el otro, puesto que para no ser analfabeta debes tener las dos estructuras del pensamiento desarrollada y para ser un erudito no tienes que saber sólo matemáticas. El hecho de que nosotros nos hayamos inclinado por la esfera del lenguaje no quiere decir que seamos inferiores a los que estudien alguna ingeniería. Tampoco esto quiere decir que no sepamos contar ni que los ingenieros no sepan hablar y/o escribir.
La verdad, no es una carrera de reinas ni de niños huecos, puesto que es una transdisciplina; dicho de otra manera, un campo que toma de otras disciplinas, las atraviesa, las profundiza para llegar a ver la sociedad desde varias perspectivas distintas. Además, se lee y mucho, se sabe de diversos autores, pero desde otros campos para llegar al nuestro: García Canclini, Martín-Barbero, Foucault, Marx, Engels, Molano, Bourdieu, Smith, Lipovetsky, en fin.
He dicho antes: “desde varias perspectivas distintas”. Nosotros no vemos la complejidad del mundo a través de los números que, por si no sabían, son representaciones sociales de las cantidades, sino por medio de la diversidad del pensamiento, aquí sí se permite la libertad, no necesariamente 2+2=4. Por ejemplo, ahora mismo estamos analizando la carrera de Comunicación Social, gracias al método de las R.S. que son: simplificadores, sistematizadores y moralizadores incorporales y síquicos específicos de una sociedad que se hacen equivaler (asociaciones) con abstracciones de percepción colectiva, socializadas por medio de la intersubjetividad y el consenso social, con el objetivo de diferenciar los elementos de la realidad material inmanente y hacer más fácil el adquirir o comunicar conocimiento, pero que, por su misma esencia, tienden a crear y/o reproducir formas de comportamiento.
Tocqueville nos dijo, alguna vez, que una era de individualismo muy lipovetskyana, en donde las personas se especializan en un campo del conocimiento cada vez más particular (pregrado, especializaciones, maestrías y doctorados), es necesaria la comunicación para que se cree una unidad de pensamiento universal; los ingenieros les hablan de números a los comunicadores y estos últimos le hablan de lenguaje a los primeros. Incluso en el pregrado de la comunicación hacemos énfasis en radio, publicidad, organizacional, editorial, audiovisuales y periodismo.
Ahora, muchos nos preguntaremos ¿para qué nos sirve el análisis hecho en el presente texto? ¿Para qué nos sirve entender las representaciones sociales de los comunicadores? Pues bien, como se han podido dar cuenta, nos hemos adentrado profundamente en el cómo funciona una sociedad y podemos decir, después de comprender las R.S., que entendemos cómo se forma un imaginario y cómo éste recorre las grandes mayorías y el consenso social hasta convertirse en un estereotipo objetivado. Esto no es solamente un beneficio sociológico, sino, también, un beneficio comunicativo, puesto que entendemos cómo funciona la lógica del poder comunicativo y mediático, y cuando digo mediático no me estoy refiriendo sólo a la televisión, sino a todo lo que pase por un dispositivo tecnológico, desde la publicidad y la editorial, pasando por radio y organizacional, hasta el periodismo. Además, de una manera personal podemos razonar mejor sobre nuestras vidas y sobre lo que pensamos de los demás y si estamos haciendo una participación social, comunicativa y política activa en la construcción social de la realidad.Ahora bien, después de leer y escribir el presente texto y aprehender y aprender sobre las R.S. nos sentimos más inteligentes, más capacitados, podemos decir que comprendemos mejor el mundo y que entendemos más el oficio de ser sujeto social, sociólogo y, en mi caso, comunicador social con énfasis en editorial. Entendemos, pues, que no se trata de ver quién es mejor que quien, sino de reflexionar sobre nuestros imaginarios y representaciones.
Los más perjudicados en que en la televisión haya presentadores que sólo hablan sin pensar somos los estudiantes de Comunicación Social y si se quiere cambiar la imagen es necesario que se comience desde adentro, siendo cada vez mejores y más capacitados para ejercer nuestro oficio.
Las R.S. que ha habido en los cómics acerca de los comunicadores son claras: Peter Parker y Clark Kent eran periodistas. Muchos quieren ser dueños del mundo, pero son muy pocos los que queremos salvarlo, esta debería ser la función del comunicador.
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